20170509

Recuerdo de la niñez

Fue en las enciclopedias ALVAREZ donde muchos de nosotros vimos y después leímos las primeras fabulas de Samaniego y de otros escritores clásicos, con sencillas ilustraciones en blanco y negro o con el colorido que  os muestro de ediciones posteriores (esta que yo guardo es de 1965) nos hacían volar a mundos reales o ficticios alejados de ¿que televisión?...






























http://www.cervantesvirtual.com/portales/felix_maria_de_samaniego/ 



Pasados unos años descubrimos que existia un Samaniego con una profusa obra literaria y  mas "verde". Todo a su tiempo ¿verdad?.









LA LIMOSNA

A pedir la limosna acostumbrada
a una granja del pueblo separada,
llegó un fornido lego franciscano,
y encontró de carácter muy humano
a una viuda y joven labradora
que era de aquella granja la señora.
Esta, luego que vio tan colorado
al lego, tan robusto y bien tratado,
sintió cierta pasión picante y viva
que aumentó su virtud caritativa.
Echole en las alforjas varias cosas
al paladar gustosas

con que los reverendos regalones
suelen regodearse en ocasiones,
y, ya muy bien provisto por su mano
le dijo al irse: -¿Quiere más, hermano?
-Quiero lo que me den, respondió el lego;
mas lo que haya de ser démelo luego,
porque quien pronto da y sin intereses
hace una buena acción y da dos veces.
-Pues voy a darle, replicó la hermana,
un velloncito negro de mi lana,
que le puede servir de cabecera
cuando se quede del convento fuera.
En efecto, le trajo un velloncito
muy negro, muy rizado y peinadito,
que el lego recogió con gran sosiego,

queriendo marchar luego,
diciendo: ¡Sea por Dios!, según costumbre,
sin que el nuevo regalo diese lumbre.
Mas la viuda, cogiéndole la punta
del cordón, le detiene y le pregunta
afable y cariñosa,
si no necesitaba de otra cosa.
A que él dijo: -No habrá nada que sobre
a mi comunidad, porque es muy pobre,
y de todo, hermanita,
la orden de San Francisco necesita.
Mientras esto pasaba,
una gallina dentro cacareaba
y la viuda al lego dijo: -Espere,
hermano, y llevará lo que quisiere,
pues por mayor regalo se lo ofrezco,
de mi pollita blanca un huevo fresco.

-Hermana, uno no basta,
dijo el lego, que cada fraile gasta,
para su provisión, por todo el año,
un par de huevos y de buen tamaño.
La labradora entonces junto al lego
se arrimó con más fuego
y, sin andarse en otros perendengues,
le dice cariñosa haciendo dengues:
-Pues, hermano, que tome le aconsejo
para regalo suyo este conejo.
-No lo gasto tampoco; mas no obstante,
el lego la responde, aquí delante,
pues es limosna, engánchele al momento:
le llevaré al guardián de mi convento,
que lo suele comer muy a menudo
aunque tenga sus pelos y esté crudo. 


**********

LA SENTENCIA JUSTA

A cierta moza un húsar, y no es cuento,
porque le socorriera en sus apuros
del carnal movimiento,
le prometió ocho duros
y después sólo cuatro la dio en paga.
La moza, descontenta
con esta trabacuenta,
para que por justicia se le haga
aflojar lo restante,
fue a querellarse de él al comandante.
Era éste un hombre adusto,
pero en sus procederes siempre justo,
y antes de oír a la moza querellante
quiso que el húsar fuese allí al instante.
Presentose, en efecto, el demandado
y, siendo preguntado
por su jefe de dónde provenía
la deuda que tenía
con aquella señora,
el húsar respondió: -Diga ella ahora,
si lo tuviese a bien, de qué dimana
una deuda que puede ser liviana.
-No tengo impedimento,
la moza dijo entonces. Sabrá usía
que yo alquilé al señor un aposento
que vacío tenía
para que en él metiese ciertos trastos
que dijo le causaban muchos gastos;
me ofreció media onza por la renta
y ahora con la mitad pagarme intenta.
Calló, y el húsar luego
empezó su defensa con sosiego
diciendo: -Aunque es verdad que ése fue el trato,
me salía más caro que barato,
porque yo solamente
pude meter un trasto estrechamente
en el zaquizamí que me alquilaron;
con que si di por esto
la mitad de la renta, fue bastante,
y no creo que el resto
me obligue ahora a pagar mi comandante.
A que la querellante sofocada,
replicó: -Esa excepción no vale nada,
pues si tuvo el señor por oportuno
de sus trastos dejar alguno fuera,
no se quedó ninguno
por no tener en donde lo metiera;
que yo desocupada
otra pieza inmediata le tenía,
que, aunque es un poco oscura y jaspeada,
para los que sobraban bien servía.
No dijo más, ni el húsar dijo respuesta
que su defensa hiciese manifiesta,
por lo que el comandante
esta sentencia pronunció al instante:
-Vaya usted, señor húsar, y en la pieza
que la señora dice, con presteza,
meta todos sus trastos por entero
y páguela completo su dinero.


Ilustraciones: Umberto Brunelleschi
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1745-1801 



alvarez/mayo17

20170505

Curiosa...

 

20170501

A ras de suelo

1 de mayo de 2017, la primavera rebosante de vitalidad también a ras de suelo, plantas y hierbas silvestres conforman un tapiz bello y sugerente aunque efímero.
Os traigo una muestra de un paseo de media hora, yo me atrevería con el nombre coloquial de algunas de ellas, con vuestra ayuda seria mas fácil...las numeramos por si...


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arasdesuelo/mayo2017