Un tren para “reNacimiento”
Por Rafa Montes
Viernes 19 de junio de 2020
Ahora
que las ciudades han dejado de ser tan ideales y que vemos en la España
vaciada esa oportunidad de descongestión que aportan los pueblos, la
seguridad de los lugares en los que Covid19 ha pasado de largo porque ha
sido más efectivo y participativo el control, es el momento de pedir un
poco de atención, un mínimo de visión global en la que entendamos que
territorio prioritario no sólo puede ser aquel en el que se pueden
construir grandes edificios o invernaderos, sino todo lugar que por sus
condiciones naturales pueda aportar calidad de vida y condiciones,
hechos diferenciales, que les hagan merecedores de planes excepcionales.
Experimentales si lo prefieren.
Durante muchos años hemos visto a
la Mesa del Ferrocarril y otras iniciativas de la misma naturaleza
darse contra el muro de la burocracia administrativa, burrocracia como a
mi me gusta denominarla, porque no sólo es necesario tener voluntad
política para hacer las cosas, sino que deben existir posibilidades
materiales de una ejecución en el corto o medio plazo para que realmente
produzcan satisfacciones que animen a seguir en el empeño. Por ejemplo,
en el caso del tren podemos luchar para conseguir adelantar una hora el
trayecto a Madrid, pero con un Ave que en no mucho más tiempo llegará a
la capital desde el Levante, no tengo muy claro que sea una apuesta en
la que invertir demasiado tiempo. Ahora bien, esto no quiere decir que
no tengamos oportunidades de optimizar la base, la infraestructura con
la que contamos, para reconducir situaciones, potenciar territorios y
arreglar desajustes que hemos descubierto en esta crisis sanitaria.
Para
que se hagan una idea, la primera medida que se ha tomado respecto a mi
pueblo tras la crisis sanitaria ha sido quitarnos frecuencias de
autobuses. La consecuencia inmediata ha sido que los trabajadores que
van a los invernderos de Gérgal ahora tienen el serio problema de poder
perder su trabajo. Pero en vez de cortar carreteras y plantar pancartas,
por ahora, prefiero sacar fuerzas de flaqueza y optar por la
creatividad.
Imaginen, y es algo que estoy decidido a cambiar de
idea a proyecto y de ahí a hecho, que concentrásemos nuestros esfuerzos
sobre el tren en conseguir que, sencillamente, la línea hasta Granada,
hasta Guadix si me apuran, se convierta en un verdadero trayecto de
cercanías con frecuencias, maquinaria y vagones que realmente nos
permitan preferir su uso al del coche.
Soy un convencido defensor
de que los pueblos con estación de tren desde Almería a Guadix, como
Fiñana, Gérgal, Santa Fe o Viator, y los que tiene apeaderos ahora en
desuso, que son unos cuatos, tenemos una segunda etapa dorada al alcance
de nuestras manos con un mínimo de inversión pública, en comparación
claro está con cualquiera de las ideas que se han planteado hasta ahora.
Por
ejemplo, una frecuencia mínima con unos trenes dignos que permitan ir a
trabajar y volver, ir a la universidad y regresar a casa lejos del
mundanal ruido, y en tiempos de recorrido aceptables, merecen por lo
menos una mínima toma en consideración. Y entiendo que el concepto de
cercanías tuviese más sentido en la zona de Poniente por volumen actual
de población, pero como no hay nada de base y la inversión sería
descomunal, plantear el desarrollo de la comarca de Nacimiento, darle
con el tren un “reNacimiento”, sería hasta de justicia.
Y ahora
pongamos que para tomar en consideración un proyecto de este tipo es
preciso, primero, hacer alguna prueba en este sentido independientemente
de otros estudios. Pues bien, volvamos a imaginar que hay voluntad para
ello, y por qué no, empezar con frecuencias en fines de semana que
permitan llegar a estos pueblos, visitar sus senderos andando, hacer
recorridos en bicicleta y que la puedas llevar en el tren sin un coste
adicional. Bajar en una estación e ir a otra. Comer en el pueblo, pasar
el día y volver sin necesidad de coger el coche. Poder tomar unas
cervezas, relajarte y saber que no pones en riesgo a nadie ni a ti
mismo. Visitar a los ancianos en lugares donde aún se pueden abrir
residencias de calidad, con espacios amplios a bajo coste y atención más
personalizada. Y en Fiñana tenemos uno de los mejores ejemplos de toda
la provincia.
Ni se hacen una idea de la gente joven que cada fin
de semana carga autobuses para que les deje en un punto concreto con
sus bicis y volver hasta Almería después de una espectacular ruta por
parajes naturales, atravesando valles sin parangón en toda la provincia.
Necesitamos
ayuda para activar ese modelo de turismo rural de fin de semana en
tren. A Renfe le vendría bien, entre otras cosas, que volviésemos a ver
este medio de transporte como algo tan nuestro como lo fue antaño, como
ese medio en el que hay espacio y se puede socializar.
A los
pueblos nos ayudaría a atraer un público que, con el tiempo, seguro que
se plantea la posibilidad de un cambio de residencia, y todo depende de
la frecuencia, de tener trenes rápidos y que los horarios se piensen
para la gente que trabaja y estudia, por encima de todo de lunes a
viernes, y en la potenciación del turismo rural los fines de semana.
Desde
Almería a Guadix, sin mas pretensiones y para probar si realmente el
tren es la vía de llenado de la España vacía. Sólo eso, experimentar.
Yo estoy dispuesto a emprender esta lucha por un sueño que puede hacerse realidad ¿Quién se apunta?