Miguel Angel Rivas Hernandez
La
castaña siempre ha sido muy importante en la dieta alimenticia de los
huenejeros. Ya desde la etapa musulmana. Hasta tal punto que cuando
llegaba esta época, se guardaban los castaños. Cada familia guardaba el
suyo durante la noche. Su aprovechamiento es total desde los erizos
hasta la madera (rodeznos de los molinos, vigas de madera, puertas,
etc). Por desgracia, los incendios, la sequía, el encauzamiento de las
acequias está favoreciendo el debilitamiento de la planta y el ataque de
enfermedades. Sería conveniente la plantación de castaños en los pagos
tradicionales formando y renovando el famoso bosque-galeria que en torno
al rio de Huéneja siempre ha existido. Sólo sí podrá salvarse para el
futuro.
Comentario y fotos: facebook HUÉNEJA EN TIEMPO REAL (17/10/2020)
Que bendición...GRACIAS
Los
castaños, siempre han sido un elemento esencial del paisaje de Huéneja.
Necesitado de riego y ubicado en la mayoría de los casos formando un
tupido bosque-galería. En la época musulmana, morisca y de repoblación
su fruto ha formado parte de la gastronomía local (Muhammara,salsa,o
simplemente crudas y tostadas o en harina). Así, si en 1550 se
contabilizaban 849 castaños, en 35 de los 43 pagos de Huéneja (de ellos
53 en huertas), este número se mantenía en 1571 a pesar de la
desaparición de algunos durante la rebelión de 1568-1570, la sequia de
otros por causas naturales y su aprovechamiento como madera. Madera que
era utilizada para muebles (puerta de la iglesia en el siglo XVII) y
palas de los rodeznos de los molinos, canales del salto desde el caz
hasta la bóveda del mismo, etc. Tan importante era que casi todos los
vecinos disponían de al menos uno, siendo lo más frecuente más de dos.
Algunos vecinos llegaron a disponer de trece castaños en época morisca (
Repartimiento de 1550). La mayor parte de ellos se compartían entre
varios vecinos en distinta proporción (1/1, 1/2, 1/3, etc). En muchos
casos entre parientes del mismo clan familiar : hermanos, tios, padres.
etc. En la actualidad las agresiones hacia ellos han hecho disminuir su
número peligrosamente. La última, el incendio por encima de la Cantina
(pago del Hiarat o del Castañar), pero con anterioridad, como he
comentado en alguna ocasión, el encementado de las acequias para mejor
aprovechamiento del agua que por ellas discurre (los canat), ha tenido
también mucho que ver en ello, dado que los castaños necesitan la
irrigación, que proviene de los cauces de las mismas que,
convenientemente "sangradas" permitiría su supervivencia. No se ha
tenido en cuenta esta situación y, como ocurre en otras poblaciones del
Cenete y Alpujarra, según he podido conocer de primera mano, se plantea
ya un problema generalizado con este especie arbórea, introducida en
España por los romanos.
HUÉNEJA EN TIEMPO REAL (4/11/2020)
comentariopaenmarcar/octubre2020
