Mirando esta foto del almacén de mercancías del muelle de La Estación de Fiñana, viene a mi memoria una anécdota acontecida hace muchos años en este mismo lugar que relato al pie de la misma:
Corrían los años treinta del pasado siglo (el XX) y toda España, y por ende nuestros pueblos se encontraban inmersos en la cruel contienda bélica que todavía tan solo su mención y pese a los años transcurridos sacude de dolor nuestros corazones.
Había llegado al muelle de descarga de La Estación un vagón repleto de mercancías y pedidos diversos realizados por los “tenderos” y comerciantes del pueblo, y entre ellas unas cajas “bultos” conteniendo unos hermosos quesos manchegos de impresionante aspecto y penetrante y embriagador olor.
En tiempos tan convulsos, de ideas y comportamientos contradictorios y inadecuados ocurrió el suceso que relato:
Merodeaban cercanos al muelle y alrededor de estas ricas mercancías varios trabajadores de La Estación y algún que otro “agregao” oportunista amigos de "colectivizar" lo ajeno, discutían sobre lo apropiado de repartirse los quesos entre los presentes dándolos por perdidos para quien hubiera realizado el pedido; acertó a pasar junto al “grupo” mi abuelo materno, capataz de vías y obras en aquellos momentos en esta brigada, y le ofrecieron también participar en “el reparto”, este tras reprochar el comportamiento y el proceder inadecuado que mantenían quienes estaban participando en tan singular tropelía, contesto: No, yo no quiero queso que se me puede indigestar.
El grupo consumó sus pretensiones y se repartieron el género expoliado, pasado un tiempo, el dueño de los lácteos reclamo su mercancía y tras las averiguaciones oportunas de las autoridades y por aquello de que “entre el cielo y la tierra dicen, no hay nada oculto”, los participantes pagaron su censurable acción.
Desde pequeño recordé esta vivencia contada en numerosas ocasiones por mi madre, seguramente poniendo como ejemplo el recto proceder de su padre nos indicaba a mi y a mis hermanos el respeto a lo ajeno y el comportamiento a seguir en la vida.
JLobo/Octubre 2016
relatodelqueso/octubre2016
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