Emisora Parroquial “Radio Fiñana”
¿Suena
a chiste el encabezamiento de mi comentario?
Pues,
no es chiste ni broma. A mediados de los cincuenta, siendo párroco don Alfredo,
la parroquia disponía de una emisora. Siendo un gran apoyo para la pastoral
parroquial, pues ya empezaba a modernizarse la villa. Especialmente en los
cortijos, la radio de pilas se extendía como la pólvora y podían atender los
actos parroquiales de los domingos.
Desgraciadamente,
ya vamos quedando pocos para contaros estas anécdotas de nuestro pueblo a los
jóvenes... Espero no cansaros.
El día
de san Sebastián, entré a la sacristía y con los ojos un poco brillosos,
recordé con varios allí asistentes, mis tiempos jóvenes. Comente: en esta
alacena grande que hay justo a la espalda de la Virgen del Rosario, yo monté
una emisora en los tiempos de don Alfredo. Todos se admiraron, pues no tenían
ni idea, pero un conocido dijo “SI”, en un rincón de trastos está aún la
emisora que hizo Ignacio… Ciertamente me habría gustado hacerle una foto y acompañarla a este comentario. (Si algún
voluntario tiene ocasión de hacerla, puede adjuntarla). Constaba de dos
módulos, uno grande de rejilla del tamaño de una caja de fruta, este era el
amplificador-modulador y otro más
pequeño, que era el oscilador-emisor. Este creo recordar que lo forré para
blindarlo, con una chapa y esta era de una lata de aceite con un dibujo de san
José.
Como
ya he comentado en más de una ocasión, me unía una gran amistad, casi familiar,
con Juan Morales Alarcón. Muy amigo de mi padre. Además de un gran fotógrafo,
era aficionado a la electrónica. Dos aficiones que me legó desde niño. Siendo
la segunda la base a mi profesión laboral.
Juan,
(ya madurito), se casó con Magdalena, (hermana de doña Mercedes la boticaria).
Se marcharon a vivir a Abrucena. Muchas tardes, mi primo Andrés (sobrino de
Juan) y yo nos dábamos un paseíto en bici hasta Abrucena. Pero atajando por el
campillo, pues era menos de la mitad de distancia. Además en el camino había
varias higueras con higos blancos chiquitos, pero buenísimos. Con esto,
hacíamos de noticieros fiñaneros y los poníamos al corriente de los chismorreos
del pueblo. Era pleno verano, por lo que no sería muy frecuente nuestros
paseos. El calor nos calentó la cabeza, e ideamos un medio ultra-moderno. Con
el faro de un camión, adaptándole una bombilla de 100-W y un manipulador
casero. Por las noches nos comunicábamos con señales ópticas del código “Morse”
Todo iba canela, hasta que una noche, se presenta en mi casa la guardia civil
para decirnos que eso estaba prohibido. Así que a desmontar todo el tinglado y
seguir pensando…
Seguimos
con el enlace vía “bici, campillo” Este fue el principio de la radio del
pueblo. Pues no paramos hasta conseguir hacer dos emisoras caseras. Ya éramos
los reyes de las ondas hertzianas
No
recuerdo la fecha, pero se me ocurrió hacer pruebas en la parroquia, con un
resultado increíble. Ya había en los cortijos muchas radios de pilas y podían
seguir los actos parroquiales.
Era
el año 1958. Los misioneros del centro misional de Montilla. Padre Sebastián
Puerto y Diego Parra, dan una misión en Fiñana del 27 de abril al 4 de mayo. La
emisora fue un exitazo. Tanto, que personalmente para mí, fue motivo del rumbo
de mi vida profesional. A partir de la misión, constantemente el P. Puerto me
llamaba para animarme a venir a Montilla y darle un repaso a todo el material
magafónico y “de paso hacerle alguna emisora”
El uno de abril de 1959, estaba este
fiñanero pisando tierras montillanas. El compromiso era “solo” por dos meses…
pero que meses más largos... Pasé tres años colaborando en las misiones de
pueblo en pueblo y en los ratos libres les hice varias emisoras portátiles y
muchos amplificadores. En verano se marchaban a misionar a hispano-América. Yo
no iba, pues les decía que estaba comprometido con el cine de verano (además
que tenia a mi Gloria en Almería) Pasados esos tres años, me coloqué en
Montilla, en el servicio de Philips de la zona. Nos casamos y aquí me tenéis,
un fiñanero jubilado con una jartá de años… y añorando a mi querida Fiñana.
Sí, “Radio Fiñana” fue una realidad.
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